Cuestión de proyectos

A falta de la pertinente firma de su nuevo contrato con el Chelsea de Roman Abramovich y en contra de los esperado, André Villas-Boas no afrontará el reto de competir con su gran Porto en la máxima competición europea la próxima temporada.

Parecía que así sería, después de que rechazase ocupar el banquillo del Inter de Milán. Sin embargo, será Vítor Pereira quien afronte el reto de dar continuidad a un proyecto que ha sido descabezado y que podría también ser desmembrado.

Difícil reto para un entrenador de 42 años cuyas únicas experiencias como primer espada en un banquillo han sido en modestísimos equipos de la segunda y la tercera categoría del fútbol portugués.

En la última de ellas estuvo cerca de devolver al Clube Desportivo Santa Clara a la 1ª Liga siete años después de su última participación en la máxima competición lusa. De ahí lo reclutó como técnico ayudante Villas-Boas para sus dragões tras su paso por Coimbra.

A pesar de su escaso bagaje como técnico, nulo en un banquillo de la exigencia del portista, juega con la ventaja de que tampoco su predecesor conocía el fragor de la batalla, y sin embargo superó cualquier tipo de expectativa con el póker de títulos.

Apenas conocida la marcha de André Villas-Boas, Pereira fue confirmado como encargado de evitar una transición, quizá traumática, como la que podría haber implicado el firmar a otro técnico de diferentes métodos.

Si bien el hecho de haber trabajado junto a Villas-Boas no asegura que el nuevo técnico principal vaya a continuar con el mismo patrón de juego, menos probable parece que así fuese a ser con la contratación de Rui Faria.

El segundo de José Mourinho ha sido apuntado por diversos medios como alternativa o incluso como primera opción desde el momento en que se hicieron fuertes los rumores del cambio de técnico en Do Dragão.

Conocedor de la plantilla y la estructura, el perfil de Vítor Pereira parece más proclive a seguir con el juego de toque instaurado que alguien que bebe de unas fuentes más directas e intervencionistas como es Faria.

Ciertamente, lo lógico en estos casos es destacar los valores de la entidad por encima de la personalización de los éxitos, pero de que el ex de Santa Clara haya hecho especial hincapié en la importancia del actual bloque a la hora de alcanzar éxitos por encima de la persona invita a pensar que su contratación responde a un afán continuista.

Por más que Pinto Da Costa sea un durísimo negociador, el gran problema con el que Pereira puede encontrarse es la posibilidad de desmantelamiento del equipo por parte del futuro entrenador ‘blue’.

La columna vertebral del equipo, formada por Rolando, Fernando, Hulk y Falcao, suscitaba muchas miras después de su excelsa temporada. Del Chelsea se hablaba incluso cuando Hiddink era el favorito para el banquillo londinense.

Confirmado el pago de la cláusula de rescisión de su ya ex entrenador, Freddy Guarín, João Moutinho y los cuatro citados entran en las quinielas de muchos para la regeneración que Roman Abramovich acometerá este verano.

Ésta comenzó ya en el pasado mercado invernal con los fichajes de dos jugadores de la calidad de David Luiz y Fernando Torres, hombres que a corto plazo deben convertirse en piezas clave en el equipo.

El central brasileño lo hizo ya en el tramo final de la temporada, en el que no le pesaron ni el cambio de campeonato ni de registro competitivo. Hizo varios tantos y se confirmó como uno de los mejores del mundo en su puesto.

John Terry lo ha sido. Por su jerarquía sobre el césped, para muchos todavía lo es. Sin embargo, podría perder parte de ese peso si Villas-Boas entendiese el fichaje de Rolando como prioridad y éste llegase.

Puede no parecerlo por la presencia del gran capitán, pero lo cierto es que es uno de los hombres en los que más se ha apoyado el técnico luso en la temporada finalizada. Con David Luiz formaría, quizá, la mejor pareja del mundo.

El brasileño aportaría una salida depurada de balón, incorporación desde atrás y mucho peligro a balón parado, algo que podría ofrecer también el portugués de origen caboverdiano, más veloz en el corte y expeditivo.

Caso similar al de John Terry podría ser el de Michael Essien en caso de que la cúpula deportiva decida apostar por el brasileño Fernando para competir por la posición de pivote defensivo.

Como el que fuera jugador de Os Belenenses, Fernando era uno de los favoritos para salir días atrás. En el punto de mira del Málaga, Olympique Lyonnais pretendía negociar por él. Él era receptivo a esa opción, pero ahora podría darse un cambio de planes.

No obstante, apuntan más bien los medios lusos hacia el interés de Villas-Boas por llevarse consigo a João Moutinho, jugador que llegó con él a Porto procedente del Sporting CP y que después de varios años oscuros volvió a mostrar un gran nivel.

Aunque no es el portista con más nombre, la elección responde a la necesidad de contratar un ‘6’, ese organizador silencioso que duerme el balón y lo esconde del rival hasta que encuentra la mejor opción de ruptura de la línea frontal.

Las cualidades del incipiente Josh McEachran hacen pensar que el juvenil podría cumplir ese rol después de irrumpir con fuerza en los minutos que le brindó Carlo Ancelotti, aunque su juventud aconseja pocas prisas.

El adolecer de este perfil organizador ha sido una de las claves del fracaso del Chelsea a lo largo de la temporada finalizada, no tanto por el perfil en sí mismo como por el hecho de que en el pasillo contrario no hubiese regularidad.

En esa zona del ‘8’ seguirá apareciendo Frank Lampard, a menos que el rumor sea verdaderamente antesala de la noticia en lo que atañe al croata Luka Modric, quien podría cambiar el norte de Londres por el oeste.

A pesar de que su nombre está siendo más bien ligado al puesto de organizador, el balcánico es el perfecto enlace entre líneas, un hombre tan capaz de crear y dar pausa como de correr y batir la línea rival llegando desde posiciones atrasadas.

Más que un Xavi o un Moutinho, perfiles inexistentes en los últimos éxitos del Chelsea, Modric sería para Villas-Boas lo que Iniesta para Guardiola o lo que el colombiano Freddy Guarín en el Porto del póker.

El ex de Boca Juniors y Rennes es otro hombre que podría encajar perfectamente en la regeneración ‘blue’, aunque pensar en un trasvase de tales envergaduras entre Porto y Londres es demasiado descabellado.

Pinto Da Costa tiende a vender caro, pero a hacerlo, al fin y al cabo. No obstante, igual que tiene fama de duro negociador ha de señalarse también su mentalidad ganadora, por la cual es difícil proyectar un mercado estival con más de dos o tres ventas a menos que los interesados abonen las pertinentes cláusulas.

En una escala de fichajes prioritarios procedentes de Portugal podríamos encontrarnos con el Hulk por encima de cualquiera de todos los anteriormente citados, pues es, quizá, el perfil más difícil de encontrar.

Extremo con capacidad para jugar en cualquiera de los dos costados, suele hacerlo por el derecho, el natural. Su velocidad y fortaleza física encuentran sólo parangón en el panorama internacional en Cristiano Ronaldo.

Sin embargo, pese a que estas cualidades son las que se tienden a destacar, ‘el increíble’ Hulk es mucho más. Ve puerta con suma facilidad y es, con Guarín, el jugador con mayor habilidad técnica de su equipo.

La presencia de Fernando Torres invita a pensar en que el fichaje de Radamel Falcao es menos necesario de lo que algunos medios lusos y británicos apuntan. Si Villas-Boas se decanta por jugar con una 4-3-3, un jugador como Neymar o Kun parece más necesario.

Cualquiera de los dos podría ser la otra punta de lanza lateral, mientras que hacerse con Falcao obligaría al ‘Niño’ a alejarse del área y partir quizá desde la izquierda, pues es seguro que Radamel sería el nueve puro.

A priori, si tuviésemos que elaborar una lista de prioridades con los portistas citados, en atención a las necesidades del Chelsea, en primer lugar no encontraríamos a Hulk, seguido de Moutinho/Guarín, Falcao, Fernando y Rolando.

Los tres últimos han formado parte de la columbra vertebral de Oporto en la temporada finalizada, pero jugadores como Torres, Essien o Terry relegan la posibilidad de acometer su fichaje a un segundo plano.

En el primero aparecen Hulk, un jugador que vendría a sustituir al marfileño Drogba; y Guarín y Moutinho a la par, como signo de la necesidad de firmar un organizador o un llegador en función de qué llegue de otros clubes y de los planes de Villas-Boas con respecto a McEachran y Lampard.

Por el afán continuista antes citado en el caso portista y por el enorme desembolso que supondría firmar a seis jugadores de un mismo equipo de una tacada, el trasvase podría reducirse a dos o tres de los nombrados.

Lo que parece claro es que, después de varios años de menor inversión, Roman Abramovich pretende devolver a su equipo al primer escalafón del fútbol europeo. Así lo indican las firmas millonarias de David Luiz, Fernando Torres y Villas-Boas, y también las que están por llegar.

Después de no lograr hacerse con la Champions League con ninguno de los proyectos precedentes, volverá a tirar de talonario para intentar hacerlo con la versión 2.0 de José Mourinho.

En la comparación entre portugueses ha de hablarse en término evolutivos, no comparativos, pues si bien ambos han trabajado juntos y tienen en común el ser dos de los máximos exponentes de la periodización táctica, son diversas las diferencias entre uno y otro.

Tal y como ha manifestado el nuevo manager londinense en varias ocasiones, él está más próximo en determinados aspectos a Bobby Robson, maestro de los dos, que al propio José Mourinho.

Da mayor importancia al cocinado de la jugada que el técnico madridista y se apoya más en su equipo de lo que lo hace Mou, amigo del trabajo específico pero más personalista en la globalidad de una sesión preparatoria.

A nivel de vestuario es un hombre más cercano, próximo incluso a la autogestión. Prueba de ello es la vital importancia de Helton o Hulk como capitanes de la plantilla; frente al protagonismo de Mourinho en las crisis por encima de los suyos.

No es cierto, pues, que André Villas-Boas sea el nuevo Mourinho, a menos que esto se entienda en términos de sorprendente irrupción en los banquillos y de trayectoria, bastante pareja aunque más fugaz la del portuense.

No cabe duda de que en los años que han trabajado juntos André habrá aprendido de José, pero ello no es óbice para obviar unas diferencias que pueden continuar si el Chelsea deja de representar el fútbol directo y de músculo a partir de agosto.

Entonces, Porto deberá haber superado ya el golpe que supone perder a un técnico por el que todos apostaban como continuador del trabajo iniciado en la próxima edición de la Champions League.

A pesar del cambio en el banquillo, se han sentado las bases para un proyecto de larga duración en el que la exigencia será mayor cuanto mayor sea la capacidad de Pinto Da Costa para retener a las estrellas y de Pereira para empatizar con ellas.

Una de las mayores razones por las que se debe creer en el proyecto, pese a la salida de su cabeza pensante, es la juventud de la práctica totalidad de su once de gala, extrapolable incluso a los jugadores que suelen ser utilizados de refresco.

Choca, por este motivo y por su propia juventud, que André Villas-Boas no haya apostado por ser ambicioso en su propia casa, en el club del que es seguidor. El tren cogido es el primero de muchos que se le presentarán, igual de ambicioso que el nuevo y con unas bases ya sentadas.

Sin el estratega al mando son mayores las reservas suscitadas sobre cómo reaccionará el equipo en la Supercopa de Europa y próxima Champions League, máxime si alguno de los teóricos titulares sale.

Incluso en la competición local se pueden presentar nuevas oportunidades para Benfica y Sporting CP, dos equipos que se están moviendo en el mercado con celeridad y aparente acierto.

Ni tan siquiera un mayor salario parece motivo suficiente para la salida de André Villas-Boas en dirección a Londres. Dentro de sí, es de suponer que los habrá. Si no había dudas de que en Portugal lucharía desde ya por la Champions, menos las hay de que lo hará en Inglaterra.

Porto, en cualquier caso, debe lamerse pronto sus heridas. Y si salen los Falcao, Hulk o Fernando, reinvertir las cantidades obtenidas por sus pases en hombres que puedan ofrecer un rendimiento aproximado a corto plazo. Igual que Villas-Boas, ellos también merecen luchar por lo más alto.

El fútbol como empresa: El modelo Udinese

Una temporada después de volver a las categorías profesionales del fútbol español, el histórico Granada Club de Fútbol ha logrado su segundo ascenso consecutivo con un equipo plagado de jugadores pertenecientes al Udinese italiano.

El conjunto nazarí, como institución, ha pasado por unos graves problemas económicos en el último lustro que no le han impedido volver desde la tercera división a la máxima categoría gracias a la gestión del otrora odiado Enrique Pina.

Dueño del Ciudad de Murcia hasta el verano de 2007, vendió el club al presidente de un club aficionado granadino, el CP Granada 74. Carlos Marsá, se llevó su nuevo equipo a la ciudad de la Alhambra en una decisión contraria a los deseos de la RFEF, la UEFA y la FIFA.

Pasó Pina a ser persona non grata en parte de Murcia y de Granada, donde los aficionados del Granada tradicional tuvieron que lidiar con un club sin alma situado por una decisión empresarial por encima suyo.

No entendieron los aficionados granadinos cómo la patronal del fútbol nacional podía permitir, en contra de la opinión de todos los estamentos del fútbol, la empresa se llevase a la máxima potencia.

Dos años después, la misma persona que cirnió la sombra sobre un histórico llegó a su presidencia con el objetivo de devolver la luz robada por él mismo y por los años en un momento de profunda depresión económica.

Amparado en Dixian 2009 SL y de la mano de la familia propietaria de Udinese, inició una inversión que hasta ahora no ha tenido fin con la promesa de que la citada empresa saliese de una futura conversión en SAD como máxima accionista.

Agente de futbolistas e intermediario, Enrique Pina es el máximo responsable de la llegada de Iván Helguera a la AC Roma, de Javier Saviola al F.C. Barcelona o sudamericanos como Abel Aguilar y el afamado Alexis Sánchez a Il Friuli.

En sus tratos pasados con Giampaolo Pozzo, propietario de Udinese, se forjan las relaciones entre Pina y Gino Pozzo, principal valedor económico del proyecto capital recién ascendido a la máxima categoría del fútbol nacional.

Gino Pozzo: "Queremos colocarnos en Granada porque es una ciudad con gran potencial futbolístico"Considerado a día de hoy por muchos filial de Udinese, el objetivo de Pina para con el Granada es el de crear un holding futbolístico similar al que gestiona la familia de su socio económico, con intereses depositados en aproximadamente un centenar de jugadores.

Los últimos sobre los que han adquirido un cierto control son los pertenecientes al Espanyol de Barcelona, SAD en la que Gino Pozzo ha entrado recientemente como accionista después de un año de negociación con Daniel Sánchez Llibre.

De responsabilidad directa son aquellos jugadores pertenecientes nada más que a Udinese, los que conforman las distintas categorías del equipo italiano y los nada menos que treinta y siete cedidos y cinco hombres en fórmula co-propiedad.

En el Granada iniciaron la campaña catorce de esos jugadores – más Odion Ighalo, llegado en invierno -, varios de los cuales han sido firmados única y exclusivamente para dar el salto de calidad necesario para colmar el ambicioso objetivo de encadenar un segundo ascenso seguido.

Es el caso de hombres como Diego Mainz, Rubén Párraga, Felipe Sanchón o Tariq Spezie, jugadores de un perfil medio-bajo y sin excesivo potencial, u otros como Carlos Calvo, Dani Benítez o Álex Geijo, de mayor calidad.

Junto a varios jugadores en propiedad, han participado a lo largo de la temporada Guillerme Siqueira, Jonathan Mensah, Ritchie Kitoko o Fabián Orellana, hombres con más mercado e incluso aprovechables por el propio “equipo madre”.

Udinese TeamJugadores como los citados llegan al equipo de Il Friuli, en su mayoría, gracias a una gran red de ojeadores entre la que se encuentran grandes conocedores de las características de los actores del mercado africano y, especialmente, sudamericano.

No todos encuentran hueco en la primera plantilla, como ocurrió con Pablo Armero, Cristian Zapata o Alexis Sánchez. Algunos deben salir a equipos de menor índole para formarse y luego dar el salto o simplemente para revalorizarse.

La fórmula es clara con estos jugadores foráneos e incluso con llegados del mismo continente o de la propia Italia. Cualquier tipo de inversión va enfocada a la obtención de un mayor rendimiento no solo deportivo, sino también económico.

De ahí viene el hecho de que sean múltiples los hombres cedidos por Udinese. Por Allan Nyom y Dani Benítez, actualmente en las filas del Granada, exigen a cualquier interesado en hacerse con sus servicios 3M€ y 4M€, respectivamente.

El modelo de Udinese es el de una cadena de producción en la que la materia prima es adquirida para ser mejorada en la propia fábrica o en una ajena, con el fin de que la proyección del jugador sea explotada económicamente a corto-medio plazo.

La joya de la corona y máxima expresión del modelo es en la actualidad el chileno Alexis Sánchez. Apodado como ‘Niño Maravilla’, todo apunta a que saldrá en dirección a Barcelona por una cantidad que gracias a los incentivos puede rondar los 40M€ después de ser adquirido por apenas 3M€.

Parece difícil que a corto plazo vaya a existir un caso parejo cien por cien adquirido por el Granada, pero por ahí pasan los deseos de Enrique Pina. Más allá de la apariencia de filialidad actual, busca plasmar un idéntico modelo en su club a partir del apoyo prestado por los Pozzo.

El mecenazgo de Giampaolo Pozzo diferencia el proyecto empresarial actual de Pina del llevado a cabo en Murcia. Su anterior club carecía de peso específico e histórico, por lo que la venta del Ciudad respondió a un simple criterio de oportunidad, a priori diferente de lo que ocurre en Granada.

La viabilidad del Ciudad de Murcia llegó hasta donde Pina pudo y quiso debido también a la falta de infraestructuras y de un apoyo institucional de los que adolece actualmente y por los que lucha, con la amenaza de una nueva espantada.

Al contrario que entonces, la sensación que se palpa actualmente en el ambiente es que esta amenaza no es más que un órdago, pues su actual empresa cuenta con el aval citado de Dixian 2009 y con dos claves inexistentes en Murcia, la afición y la primera división.

Es de esperar que dentro del actual clima de tensión llegue una tregua favorecida por la vuelta a la máxima categoría del fútbol español treinta y cinco años después del último periplo, puesto que este ascenso dotará de una buena cantidad de dinero al club y de repercusión a la provincia.

Si bien Cádiz y Tenerife suenan como posibles nuevas sedes del “proyecto Pina”, Granada parece el lugar más adecuado para germinar debido a la importancia de los pasos ya dados y al peso que los italianos pueden tener en la toma de una decisión.

Entendiéndolo en una clave literaria, podría decirse que Giampaolo Pozzo es el Don por debajo de quien actúan su hijo Gino en el Espanyol y Pina en Andalucía, hombres cuyos deseos van enfocados a tener una propia y sólida “familia” con la ayuda del Padrino.

Como ocurre en la obra de Puzo, y tal y como se ha manifestado por los dos capos, no hay motivos para la fricción de intereses ni tan siquiera en un futuro próximo, en el que ambos se enfrentarán en la Liga BBVA.

En Tenerife se ha establecido ya Pedro Cordero, vicepresidente del Granada, invita a pensar en un nuevo satélite; si bien parece ser el Cádiz el favorito para crear la nueva base de operaciones o cambiarla en caso de que haya ruptura entre Pina e instituciones.

A pesar de esto, lo lógico parece ser que la sangre no llegue al río y que las aguas continúen por su cauce. El empresario murciano parece haber encontrado después de un primer fracaso el lugar donde lograr su sueño deportivo y financiero.

Alcanzado el objetivo del ascenso, Cordero, Pozzo y Pina han de empezar a recuperar desde ya el tiempo perdido con respecto a los rivales y a confeccionar una plantilla que a buen seguro continuará siendo reflejo no de una filialidad, sino de un convenio que convierte al recién ascendido en satélite y a su máximo dirigente en caporegime.

Dream Team Liga ZON Sagres

Dados los cuatro títulos obtenidos por el Porto de Villas-Boas, a la hora de escoger un once ideal de la Liga Zon Sagres posiblemente uno se decantaría por la columna vertebral del equipo más laureado de la temporada en Europa.

Haciendo la elección extensible a los veintidós hombres que suelen conformar una plantilla, entre múltiples dragões aparecería algún águila y algún sportinguista. Dada la insultante superioridad de los de la ciudad del Duero, probablemente ningún otro equipo tendría cabida.

Ante el nivel de la clase media lusa y su escasa repercusión fuera de sus fronteras, se antoja difícil también escoger a once jugadores con posibilidad de salir al exterior y realizar un buen papel más allá de las dos grandes ciudades del país.

Si atendemos a la tabla de conjuntos menos goleados, nos encontraremos con que Porto apenas ha sufrido dieciséis goles. Dada la frecuente titularidad de Helton, quizá se debería hablar de él como mejor meta.

Rui Patrício, Sporting Portugal

Con muchos problemas bajo palos, es difícil quedarse con un guardamallas benfiquista como eventual suplente. Por números, Rafael Bracali y Rui Patrício serían las siguientes opciones a escoger, si bien no ha de ocultarse el hecho de que las estadísticas ensombrecería de este modo la gran temporada de Arthur Morães.

Bracali, brasileño de treinta años y perteneciente al Nacional de Madeira, no parece tener futuro más allá de la liga lusa; algo con lo que sí se podría encontrar Patrício, meta de 23 años del Sporting Portugal.

Suplente de Eduardo en la selección, puede dar la sensación de haberse estancado debido a las últimas mediocres temporadas de su equipo, pero la realidad es que continúan con una evolución que, sin ir más lejos, podría traerle a España.

Artur, meta que viene de hacer una gran campaña con el sorprendente Sporting de Braga, se encontrará en Lisboa con la oportunidad de, a sus treinta años, asentarse en un equipo con aspiraciones europeas, algo que no pudo hacer la pasada temporada en la Roma.

Fábio Coentrão, Benfica

Una de las perlas del mercado estival, por la dificultad que supone a los grandes de Europa encontrar un lateral izquierdo de garantías, será Fábio Coentrão, de largo el mejor lateral de la liga portuguesa.

Después de su fuerte irrupción la temporada pasada, viene de consolidarse en la recién terminada en un Benfica incapaz de doblegar en ningún momento de la temporada al todopoderoso Porto.

Por ello, puede quedar en el ambiente una sensación de fracaso que no debe ser tal, después de llegar a las semifinales en la copa local y en la Europa League y el subcampeonato liguero. Aún así, a Fábio se le quedan pequeños equipo y liga, por lo que debería dar el salto.

Lo hará a uno de los llamados ‘top’, dejando las arcas llenas del Benfica. El traspaso está estimado en unos 30M€, y supondría la segunda salida del rubio lateral de Portugal, después del intento fallido en Zaragoza aún como extremo.

También por el costado izquierdo ha acostumbrado a galopar un diestro, Sílvio. A pesar de sufrir desajustes tácticos en esa demarcación, ha completado una temporada a un nivel suficiente como para ganarse su traspaso al Atlético de Madrid, ya cerrado.

Fuerte y expeditivo en labores defensivas, llega casi siempre hasta la línea de fondo. Cuando no, busca posiciones interiores mediante peligrosas diagonales que recuerdan a las que Philipp Lahm. Bendecido por José Mourinho, apunta a titular de su selección durante años.

Otra posible opción para el lateral derecho es la de Jorge Fucile, uruguayo de Porto. Como Álvaro Pereira, compatriota y compañero, es un jugador muy regular, pero parece poco probable que uno u otro dé el salto a una liga mayor, por lo menos a un gran equipo.

Luisão, Benfica

Algo parecido parece ocurrir con Luisão, central brasileño del Benfica. A pesar de ser el mejor en su posición de todo el campeonato portugués, a sus treinta años, su oportunidad de ir a un equipo mayor parece haber pasado.

Junto a David Luiz conformaba la mejor pareja de la Liga Zon Sagres, privilegio que ahora recae sobre Rolando y Otamendi. De la escuela argentina, Otamendi es un central pegajoso en la marca y con una salida de balón bastante depurada, aunque en ocasiones sufre ante jugadores veloces.

El luso tiene mucho mercado en Italia e Inglaterra, donde pudo ir antes de que David Luiz firmase por el Chelsea. Juve, Inter o Roma son algunos de los equipos que siguen al central con más futuro de Portugal.

En el caso de requerirse un cuarto hombre con el que completar una plantilla, éste sería Alberto «El Mudo» Rodríguez, peruano de veintisiete años que seguirá la próxima temporada al servicio de Domingos Paciência en el Sporting Portugal.

Después de una temporada con luces y sombras en el Genoa, Alberto Zapater ha recuperado su mejor nivel en el Sporting después de formar parte del traspaso de Miguel Veloso al conjunto italiano.

Posiblemente su buena temporada le haga merecedor de una nueva oportunidad en un equipo de primer nivel, donde perfectamente podría encajar Fernando, brasileño del Porto, trátese de la liga de la que se trate.

Tácticamente muy inteligente, corpulento y con llegada, con buen físico y buen toque, tiene cualidades de sobra para convertirse en el nuevo ‘4’ de la selección brasileña. Este año lo ha demostrado suficientemente, aunque a nivel internacional haya sonado más el nombre del Spur Sandro.

Freddy Guarín, Porto

Freddy Guarín sería el tercero en discordia en ambos onces, y no por ello el jugador de menor nivel. Con capacidad para jugar de interior o extremo, crea y golpea indistintamente, como se pudo comprobar en las semifinales de la Champions frente al Villarreal.

Javi García o Ruben Micael son otros de los centrocampistas jóvenes que han destacado esta temporada. El portugués, sin ser titular en Porto, ha sido llamado incluso por su seleccionador en las últimas convocatorias internacionales.

Como ellos, Pablito Aimar, Martins (Benfica), el joven André Santos (Sporting Portugal), Mossoró o el ya veterano Hugo Viana (Sporting Braga) han completado también una buena temporada.

Si a algunos puede sorprender el hecho de que se destaque la temporada de Hugo Viana, quizá lo haga más la labor de otro viejo conocido de la la liga española, João Tomás. A sus 36 años ha logrado anotar nada menos que dieciséis goles en el modestísimo Río Ave.

Por su edad, es de suponer que se retirará pronto en Portugal; futuro bien distinto del que le espera a Hulk o Falcao, ya que por muy duro negociador que sea Pinto Da Costa, es de suponer que más pronto que tarde saldrán en dirección a otra liga más competitiva.

Pocos jugadores pueden encontrarse en la actualidad con la potencia física del extremo brasileño en todo el panorama internacional. Máximo goleador de la Liga Sagres, en ocasiones da el punto anárquico a un equipo muy combinativo del que es referencia.

Lo es junto al colombiano Radamel Falcao, una de las tres apariciones más sorprendentes del año en la posición de nueve puro en el panorama europeo junto a Edinson Cavani y ‘Chicharito’ Hernández.

Cardozo, Benfica

Ambos jugadores podrían dar unas enormes prestaciones a corto plazo a cualquier equipo que se hiciese con sus servicios, como probablemente ocurriría con Óscar ‘El Tacuara’ Cardozo, delantero paraguayo del Benfica.

Relacionado con el Borussia Dortmund en el pasado mercado invernal, sus números dicen menos de su repercusión de lo que realmente ofrece al juego de las águilas, donde la competencia en ataque es feroz.

Junto con Saviola, Alan Kardec, Nuno Gomes y Jara han completado una delantera que ha hecho cuarenta goles esta temporada con la ayuda Salvio y Gaitán, estos dos últimos jugadores también de mucho potencial.

Escogiendo a Hulk, Falcao y Cardozo como hombres adelantados con potencial para salir, Salvio y James Rodríguez (Porto) serían los exteriores suplentes en el ‘dream team’ luso imaginario. El recambio de Falcao sería Baba Diawara, delantero senegalés de 23 años que ha anotado once goles con el Marítimo de Funchal.

En el técnico en el que todo el mundo piensa para casi cualquier banquillo grande libre o por librarse es sin duda André Villas-Boas, si bien el recién firmado por el Sporting, Domingos Paciência, puede tener mucho futuro si es capaz de regenerar al conjunto capitalino a partir de los fichajes de Alberto Rodríguez o Dayro Moreno.

Porto gran reserva

Siete años después de alzarse con su segunda Champions League y pasados ocho de su última UEFA, el Porto de Villas-Boas se alzó el pasado día dieciocho con su octavo título internacional al vencer al Sporting Braga por un gol a cero.

Bastó con un testarazo de Falcao, tras un genial pase de Freddy Guarín, para doblegar al buen equipo de Domingos Paciência, ya confirmado como técnico del Sporting Portugal de cara a la próxima temporada.

Se habló mucho, a lo largo del partido y en las postrimerías del partido, de que quizá el Porto no fue Porto. Probablemente fuese así, tal y como demostró el hecho de que apenas fueron capaces de llevar el peligro a la meta de Artur e incluso recibieron varias ocasiones francas.

Con mucha posesión pero poca profundidad, en las piernas de los dragões pesó demasiado la presión de ser claro favorito y de ver tantos focos sobre sí como los que los del bueno de André han visto en los últimos tiempos.

Guimaraes' Edgar Silva celebrates his goal against Porto Guimaraes during their Portuguese Cup final soccer match at Jamor stadium in Lisbon

Pasados los cuarenta minutos, después de que Edgar Silva marrase una pena máxima frente a Beto, se acabó el partido gracias al hat-trick de James Rodríguez y a los destellos de crack del brasileño Hulk.

El extremo, con 25 años todavía por cumplir, ha sido una de las piezas clave en el entramado portuense, ganador de cuatro títulos esta temporada y favorito a reeditar éxitos la próxima, en la que mucha gente espera ya con ansia su participación en la Champions League.

En su vuelta a una competición local, la Taça de Portugal, el panorama cambió radicalmente. El resultado, seis goles a dos, es fiel reflejo del gran partido de los de Villas-Boas, a pesar de que el Vitoria Guimarães – quinto clasificado en la Liga Sagres – plantó batalla durante el primer periodo.

Autor de 23 goles en competición liguera y cuatro en la Europa League, se ha convertido ya por méritos propios en una de las referencias atacantes del continente, tres años después de llegar a Portugal procedente de la segunda división japonesa.

Echando la mirada atrás, por más que su mayor evolución la esté experimentando en Europa, sorprende el hecho de pensar que hace apenas cinco años era cedido en repetidas ocasiones por el club que tenía sus derechos, perteneciente a la primera categoría nipona.

Cinco millones y medio y un ojeador con muy buen ojo tuvieron la culpa de que el brasileño arribase a Porto, donde enseguida se hizo con un puesto en el once acompañando a Lisandro López y al ‘Cebolla’ Rodríguez.

Hábil y con un físico portentoso, es uno de los jugadores que suscitan más interés de otros equipos, aunque por su cláusula de cien millones su salida parece poco probable, a menos que llegue una oferta mareante por él.

Debería ser mareante para Pinto Da Costa, durísimo negociador, y para el propio jugador, pues parece poco probable que de otro modo siquiera llegue a plantearse su salida, teniendo en cuenta la pretensión de continuidad del proyecto.

Tiene mercado en Italia y España, donde parece ser seguido por un buen número de equipos, pero su precio parece ser tan prohibitivo o más que el de Radamel Falcao, jugador que ha hecho nada menos que diecisiete goles en la Europa League.

Sumados a los dieciséis hechos en Liga, lleva ya más de sestenta anotados en apenas dos campañas. Ha cumplido, así pues, el objetivo de hacer olvidar a Lisandro, jugador que alcanzó los sesenta y tres goles en el doble de tiempo que el colombiano.

Los también cinco millones y medio abonados a River Plate fueron culpables de un traspaso en el que la dirección deportiva de Porto se adelantó al Deportivo de la Coruña o Milan. Gran acierto en relación calidad/precio, teniendo en cuenta que es ahora uno de los nueves más determinantes del planeta.

Para algunos escépticos queda la duda de su posible rendimiento en una liga mayor que la lusa, si bien otros tienen la certeza de que sus números poco o nada tendrían que envidiar a los de Edinson Cavani o ‘Chicharito’ Hernández, irrupciones de similar calado en competiciones de mayor potencial.

Así lo deben entender las secretarías técnicas de clubes como Juventus, Arsenal, Inter o Real Madrid, pues parecen pretender colmar las respectivas faltas de un delantero puro y rematador con es el colombiano.

Desde Portugal llegan rumores de interés en quien puso sobre su cabeza el balón que devolvió la grandeza en Europa al Porto, Freddy Guarín. La Lazio sería, en este caso, el conjunto dispuesto a hacerse con los servicios de uno de los tapados de la temporada en Europa.

De mayor pausa que Ibrahim Afellay y más directo que Andrés Iniesta, es un jugador de perfil a caballo entre el de ambos. Puede actuar bien en la línea de tres del ataque o bien como interior, tal y como ha venido haciendo a lo largo del año en Portugal.

Por técnica, velocidad y visión de juego puede actuar tanto por dentro como por fuera. El centro a Falcao en la final de la Europa League da buena cuenta de su precisión, puesta en liza en diferentes zonas del campo.

Está por ver si en un equipo con menor posesión de balón sufriría más en labores defensivas allí donde tenga por delante un extremo bien abierto que no le permita incorporarse en exceso por fuera, como ocurre en Porto cuando James Rodríguez aparece por delante.

En una 4-4-2 o 4-2-3-1 aparecería probablemente pegado a la línea de banda. ¿En Sevilla? ¿Valencia? ¿Lazio? Probablemente no. Fuera de su precio, quizá prohibitivo para sus novias, parece poco probable que deje un equipo con opciones reales de ganar títulos por clubes que se encuentran un peldaño por debajo.

En un plano similar o incluso superior están Real Madrid e Inter de Milán, junto al otro conjunto milanista, uno de los que han sonado para hacerse con los servicios de Fernando, brasileño que hace las veces de coche escoba en el equipo de Villas-Boas.

Mientras el pase de Guarín costó apenas un millón de euros, menos lo hizo el suyo. Llegado del modesto Vila Nova brasieleño por 720.000 €, su precio en la actualidad podría multiplicarse hasta por treinta.

Fernando, del OportoEs un jugador de similares características a las de Sergio Busquets, quizá más llegador. Alto, fuerte, rocoso y con buena lectura táctica, parece destinado a ocupar la posición de ‘4’ en el Brasil actual, quizá disputándose la plaza con Sandro, otra de las sorpresas de la temporada en esa demarcación tras su gran año con los Spurs.

Aparentemente firmado Gokhan Inler por Internazionale y hecho el fichaje de Nuri Sahin por el Real Madrid, tampoco se espera su salida, a menos que la regeneración del equipo de Leonardo sea mayor de la esperada o se den varias bajas en el centro del campo madridista.

A pesar de no conocerse todavía quien será el técnico del Chelsea, el conjunto que dirige el multimillonario Roman Abramovich podría ser un equipo donde encajase bien por características, quizá apareciendo junto a un ‘box to box’ de mayor capacidad creativa.

Precisamente con los ‘blues’ se ha relacionado a Rolando hasta la llegada de David Luiz en el mercado invernal. Desde entonces, su futuro parece pasar más por Italia, donde lo reclaman Juventus, Inter de Milán y Roma.

Imponente por alto, seguro en el corte y veloz en la anticipación, es el central de mayor futuro en el fútbol portugués. Por estas características y su buena colocación recuerda a Lúcio.

Con Otamendi (suena para Málaga) ya consolidado y un Maicon en continua evolución, de producirse alguna salida, uno piensa precisamente en él, y dada la fuerza en la irrupción a nivel europeo de Falcao, quizá también en el punta.

Le falta la jerarquía del central brasileño, pero no su peligrosidad a balón parado. Podría ser, quién sabe, precisamente su sustituto en el último campeón de Champions League, pues aunque la intención es continuar con el proyecto empezado, la posición de central parece estar bien cubierta.

No así parece que ocurrirá con André Villas-Boas, por más que su aparición en un equipo grande se haya saldado con la consecución de la Supertaça frente al Benfica, la Liga Sagres, la Taça de Portugal y la Europa League.

No hay grandes banquillos para los que pueda sonar, después de las intenciones de la Juve de hacerse con Antonio Conte, ex jugador juventino y hasta ahora entrenador del Siena, y más allá de la vacante que Carlo Ancelotti deja en el Chelsea.

Iniciar un proyecto en Londres podría ser ilusionante y ambicioso. Después de que Abramovich volviese a tirar de talonario en enero para hacerse con David Luiz y Fernando Torres, de la mano de Villas -Boas perfectamente podrían ir Rolando, Fernando o el Kun Agüero.

Aun así, el bueno de André ha manifestado que su clara intención es la de continuar en su ciudad natal, en su equipo de toda la vida, al que llegó abroncando a Bobby Robson por los pocos minutos de Domingos Paciência.

A sus apenas treinta y tres años ha logrado ya cuatro títulos con un bloque jovencísimo, en el que sólo Helton supera la treintena. Con muchos jugadores en torno a los veinticinco años, el Porto bien parece un Porto gran reserva, un vino con denominación de origen de constatado prestigio y cuya calidad aumenta con el paso de los años.

Dada su juventud y la de su plantilla, parece lógico que no tenga prisa por dar el salto a una liga más potente. Antes, el objetivo pasa por consolidarse con la reedición del título local y con una buena participación en la Champions League.

Dada la calidad de su actual plantilla, el mejor fichaje del Porto puede ser cualquiera de sus hombres. Esto es, el mayor logro en el mercado estival será lograr mantener un bloque en el que los laterales y la portería quizá sean los puntos más débiles.

Pereira y Fucile son dos laterales correctos, pero no destacarían entre los grandes de Europa; mientras que Helton es un meta que ha salvado en varios partidos importantes a los suyos, pero sin embargo ha fallado en un gran número de ocasiones poco claras para el rival.

De no haber salidas importantes, parece poco probable que haya un excesivo desembolso en este sentido. Si Rolando o Falcao salen, no sería descartable que llegase otro guardameta a un equipo que ya ha confirmado los fichajes del brasileño de 17 años Kelvin y del argentino Juan Manuel Iturbe, jugador de Cerro Porteño de la misma edad y de características similares a las de Leo Messi.

Jugador doce a coste cero

Si el Real Madrid ha tenido un diferencial a lo largo de la temporada con respecto al F.C. Barcelona, por más que José Mourinho no sea demasiado amigo de las rotaciones, sin duda ha sido la profundidad de plantilla.

Durante la primera mitad del año, el luso llegó incluso a recibir tímidas críticas por no hacer gala de un fondo de armario que ya quisiera para sí cualquier otro técnico en el mundo. Apenas en el último tramo de campaña presumió de ello.

Sin embargo, no ha de ir este hecho en su debe, dado que en Porto, Chelsea e Inter demostró ya su fidelidad a un bloque apenas alterado ante lesiones o sanciones hasta el momento de ebullición máximo de la competición.

Raúl Albiol, Álvaro Arbeloa, Lass Diarrà, ‘El Pirata’ Granero, Kakà, Benzemà y Adebayor han sumado una cifra de minutos nada desdeñable para su consideración de suplente, a la que el año próximo se sumará el otomano Hamit Altintop.

Ya cerrado, como los retornos de José Callejón y Parejo y la llegada de Nuri Sahin, el turco de pasaporte alemán aspira a adelantar a los ya citados y convertirse en el jugador número doce, en el primero en la rotación madridista.

Con casi toda probabilidad, Altintop será al Real Madrid lo que ‘El Jefecito’ Mascherano al F.C. Barcelona, con una importante diferencia: Mientras el argentino costó 25M€, él llega a Concha Espina gratis.

Pese a las similitudes con el ex de Liverpool en lo que a rol se refiere, su polivalencia podría más equipararse la del coreano Ji Sun Park, jugador indispensable en los planteamientos del United.

Salido del Schalke 04, en sus cuatro años en el Bayern ha sumado no demasiadas titularidades y no más de aproximadamente treinta partidos por año. Sin embargo, por su profesionalidad y buen hacer, muchos coinciden en que en el conjunto bávaro será echado de menos.

En este sentido, su aportación quizá recuerde a la de Seydou Keita, hombre muy valorado por Pep Guardiola, si bien la posición que el turco ocupa en el campo rara vez coincide con la del malí.

A pesar de que puede aparecer por dentro, acostumbra a aparecer más por el costado diestro, ya sea desde su puesto natural de extremo o desde un lateral derecho gracias al cual formó parte del once ideal de la última Eurocopa.

Jugador fuerte y con llegada, destaca por su precisión en el centro que de cara al gol, aunque sí tiene un potente disparo desde fuera del área. Prueba de ello es el tanto por el cual recibió el Premio Puskas 2010 al mejor gol del año.

Altintop destaca por su sacrificio, regularidad y competitividad, valores importantes teniendo en cuenta su habitual papel de secundario. Su refuerzo favorecerá que, en ausencia de Pepe o Carvalho, Sergio Ramos pase al centro de la zaga.

Ver en la posición de lateral derecho a Álvaro Arbeloa ha sido algo habitual en la temporada terminada. En la venidera, probablemente aparezca más en el izquierdo como sustituto o escudero de Marcelo, más ofensivo.

Por dentro, puede ser el hombre llegador del centro del campo cuando Mourinho se decante por un dibujo en el que la zona ancha esté ocupada por tres hombres, corriendo allí donde no llegue Xabi Alonso y liberando a Nuri Sahin de labores defensivas.

En la habitual 4-2-3-1 madridista, puede tener cabida pegado a la línea de cal por el flanco derecho, aunque la mayor técnica de Cristiano Ronaldo y Di María le relega a la sombra ya vivida con Ribéry y Robben.

Así pues, encaja perfectamente en el entramado táctico expuesto por su futuro técnico, tanto en el esquema habitual como en el alternativo puesto en liza en las postrimerías de la temporada.

No es baladí, fuera de las características del turco de 28 años, que sea el mercado alemán uno de los más seguidos por el Real Madrid desde la llegada de Mourinho la pasada temporada, pues quien de allí procede acostumbra a manejar automatismos propios de su metodología.

La rapidez en las transiciones defensa-ataque es quizá lo que mejor define al futbolista alemán actual, tal y como puede verse en el modelo de juego de la actual selección teutona, quizá la mejor del mundo después de la española.

Esta rapidez es quizá lo que mejor ha manejado el Real Madrid en el primer proyecto de Mou. Prueba de ello son los 102 goles anotados en Liga, 21 en Copa del Rey y 25 en Champions League.

El turco-alemán no destaca especialmente por la rapidez física, pero sí de movimientos. Esto es, sin deshacerse de su par en carrera; Altintop maneja los automatismos necesarios para dar dinamismo a la circulación de balón hacia posiciones ofensivas.

Bate la línea rival por posición, rara vez por aparición. En estático, pocas veces en dinámico. No por ello deja de ser peligroso en en ataque, como hemos comentado. Defensivamente, sufre ante la velocidad, pero es un fajador marcador ante hombres técnicos.

Jugador de equipo, su fichaje tiene muchos más pros que contras, máxime teniendo en cuenta el coste cero del traspaso. Sin ser indiscutible, sí será, a priori, indispensable en el Real Madrid que viene.

Dos maneras de ganar una final, varias de mirar al frente

Oporto y Braga disputan esta noche la final de la UEFA Europa League con el equipo dirigido por André Villas-Boas como claro favorito. Enfrente, los de Domingos Paciência buscarán dar la enésima sorpresa de la temporada y hacerse con el título más importante de la historia de los de rojo y blanco.

Se da la curiosa circunstancia de que el técnico de moda del fútbol europeo entró en el mundillo precisamente por defender al que ahora será su rival, cuando éste se encontraba al servicio de Sir Bobby Robson en el Porto.

Una carta con a su vecino, el preparador inglés, le llevó a convertirse en ayudante del club de sus amores con apenas dieciséis años. Apenas cinco años después dirigiría a las Islas Virgenes Británicas en varios encuentros de clasificación para el Mundial.

Lejos ya del yugo de Robson y Van Gaal, Mourinho lo reclutó en su vuelta al Estadio Do Dragão, lugar donde ya antes habían coincidido. Su fulgurante carrera prosiguió con apenas 31 años, momento en que se hizo cargo del Académica de Coimbra.

Por segunda vez en su vida futbolística, aquel joven de Porto obtenía la oportunidad de hacerse un hueco en el mundillo gracias a Domingos Paciência. Primero fue por aquella carta en que daba a Robson claves a aplicar en el juego del punta. Luego sería la partida de Domingos al Sporting Braga lo que le abriría el cielo de los banquillos.

Dos años después de la última gran coincidencia, otra vez el ex delantero del Tenerife puede ser el detonante de la gloria de aquel a quien muchos comparan con José Mourinho, aun cuando es el propio Domingos quien expone unos ideales futbolísticos similares.

En Dublín se verán las caras los dos técnicos de moda del deporte rey en el país vecino, representante cada uno de ellos de una de las corrientes históricas del eterno debate entre juego y resultados.

Llega el Braga a Irlanda por sorpresa, haciendo menos ruido del que debería, en atención a los rivales de enjundia que ha ido dejando por el largo y sinuoso camino. Largo porque comenzó a finales de julio con la eliminatoria previa de la Champions League.

Sinuoso porque desde la primera eliminatoria afrontada, la tercera clasificatoria para la máxima competición, no ha habido apenas rival contra el que pudiera considerarse favorito. Celtic, Sevilla, Shakhtar y Arsenal ya en la fase de grupos… Quizá el Partizan fuese el único más débil.

Clasificado tercero, tras Shakhtar y Arsenal, cayó a la actual competición, donde eliminó en dieciseisavos al Lech Poznan. El equipo polaco, dirigido en la actualidad por José Mari Bakero, no permitió ni un respiro a los bracarenses, que vencieron por 2-1 en el global.

Liverpool en octavos, Dinamo Kyev en cuartos y Benfica en semifinales ostentaron el papel de favorito frente a los de Domingos, capaces de resistir frente a tres de los máximos favoritos a hacerse con la victoria final en la competición.

Después de caer en Polonia en la ida de los dieciseisavos, Alan y Lima dieron la vuelta a la eliminatoria en poco más de media hora en el Municipal de Braga, un estadio creado para la Eurocopa de 2004 y cuyo marcador se encuentra situado en la ladera de una montaña.

La roca se encuentra allí donde debería estar uno de los inexistentes fondos. Innecesarios lo son para la mística, pues ésta invita a pensar en el contagio de los once de Domingos de la fortaleza de esa ladera.

Y es que si por algo se ha caracterizado el Sporting de Braga en la Europa League es por haber convertido su feudo en inexpugnable. Sumaron sendos triunfos frente a Lech Poznan por 2-0 y ante el Liverpool por 1-0, igualaron a cero goles con un Dinamo de Kiev superofensivo y dieron la puntilla al Benfica con una nueva victoria por 1-0 en semifinales.

Esta seguridad defensiva es la mayor seña de identidad de “Los guerreros del Miño”, un equipo que fue subcampeón la pasada temporada en la Liga ZON Sagres gracias a ese buen hacer y a la inspiración en labores ofensivas de sus brasileños.

Uno de ellos, Artur Morães, ha sido el encargado de intentar hacer olvidar a Eduardo, titular en la selección lusa. Sin haber logrado al completo el objetivo, ha destacado especialmente en competición europea después de pasar sin pena ni gloria por la Serie A.

En la línea de zagueros destacan especialmente “El Mudo” Rodríguez, central peruano que destaca por su fuerza y velocidad en la anticipación; y Sílvio, lateral zurdo de gran futuro, bastante contenido en sus acciones ofensivas y difícil de superar en las defensivas.

Llega entre algodones Miguel García, lateral derecho, si bien todo hace indicar que podrá ser de la partida. Junto a Rodríguez aparecerá el brasileño Paulão, sustituto esta temporada de Moisés en el centro de una defensa que la pasada temporada recibió tan solo 20 goles.

Custódio y el veterano Vandinho y barrerán por detrás del renacido Hugo Viana, quien posiblemente gane la partida por la titularidad en la mediapunta al brasileño Mossoro.

Lima aportará llegada a puerta desde la banda derecha y opciones de gol, más por su continuo trabajo que por tener una calidad técnica similar a la de Alan, jugador que partirá a priori por la izquierda, pero que puede aparecer por cualquier lugar del campo.

Jugador veloz y de técnica desequilibrante, pasa por ser el mejor hombre del Braga. Acostumbra a encarar y ve puerta con facilidad, aunque no sea ésta una faceta en la que ha destacado este año especialmente.

Arriba aparecerá el camerunés Meyong Ze, quizá recordado por algunos por su paso por el Levante. A pesar de decepcionar en España y de no haber convertido demasiados tantos esta temporada, ha demostrado sus dotes goleadores en Portugal en repetidas ocasiones.

Otra opción es que Paulo César, con molestias en las últimas fechas, sea titular en la derecha. Desplazaría así a Lima a la punta – algo que viene ocurriendo desde la salida de Matheus en el mercado inviernal – , relegando a Meyong, titular en las semifinales, al banquillo y buscando una mayor velocidad al contraataque.

A nivel interno probablemente les haya pesado el llegar a estas alturas de la temporada vivos en Europa, tal y como demuestra su caída al cuarto puesto, pero al que ser sabedor de haber cumplido con creces los objetivos de la temporada puede convertir en un rival peligroso.

Su última línea fuerte y expeditiva y el trabajo táctico y colectivo les convierte en un oponente difícil de batir, pero que a buen seguro no renunciará a aprovechar sus opciones en ataque, bien hilvanadas por el costado izquierdo o con las llegadas de los hombres de segunda línea a posiciones de ataque.

Dado su escaso poder adquisitivo, han de luchar de forma inhumana por mantener en verano la columna vertebral que tantas alegrías ha dado a este club modesto, ya que se espera que varias de sus hombres clave reciban importantes ofertas.

Algo similar ocurrió ya esta pasada temporada, en la que debieron hacerse con quince nuevas piezas bien encajadas por un Domingos Paciência cuya salida hacia el Sporting de Lisboa parece casi un hecho.

Acertar con el recambio se antoja tan importante o más como hacerlo con los hombres que sustituirán a los Rodríguez, Paulão, Sílvio o Alan. Mientras el peruano parece estar también cercano al Sporting Portugal, su compañero en el centro de la zaga irá al Besiktas.

Nada claro hay en torno a Sílvio o Alan, si bien los rumores apuntan en el caso del futuro dueño del lateral de la selección durante años hacia el Atlético de Madrid. El equipo colchonero ha sonado también para hacerse con Alan, aunque aquí la competencia podría ser mayor.

Algo parecido podría ocurrir con el Porto de André Villas-Boas de no ser Pinto Da Costa uno de los más duros negociadores del fútbol mundial y ser menores sus necesidades económicas.

Probablemente no le falten ofertas al peculiar dirigente por jugadores como Fucile, Rolando, Fernando, Falcao o Hulk, pero a menos que alguno tense la cuerda o llegue una oferta irrechazable parece poco probable que salga alguno de esos hombres importantes.

El motivo, bien claro, es la ilusión de competir al máximo nivel la próxima temporada en la Champions League. Parece harto difícil reeditar los éxitos de José Mourinho, pero no por ello ha de dejar de intentarse.

Un seguro de calidad parece André Villas-Boas, el joven técnico de moda en el fútbol europeo, quien ha confirmado su deseo de continuar la próxima campaña vinculado al equipo Do Dragão.

Después de hacerse con la Supercopa y con la Liga, puede lograr en su primera temporada en un grande nada menos que cuatro títulos, si se hace esta noche con la UEFA Europa League y el próximo día 22 con la Taça de Portugal.

Para ello contará con un equipo cuyo nivel nada tiene que envidiar al otrora campeón de Europa de la mano de Mou, especialmente en el apartado técnico, donde a falta de un Deco aparecen dos jugadores como Moutinho y Guarín y dos ‘killers’ como Hulk y Falcao.

Atrás no existe un Carvalho, pero Maicon, Otamendi y especialmente Rolando están próximos al nivel mostrado por Jorge Costa entonces, con la ventaja de que su juventud permite pensar en un futuro incluso mejor que el presente.

Ante la baja del charrúa Fucile, entrará en el once el rumano Sapunaru, jugador quizá de un perfil más defensivo. El otro lateral podrá dar la continuidad, en cualquier caso, a la habitual asimetría, dado que Álvaro Pereira tiene nivel suficiente como para batir la línea de presión rival llegando desde atrás.

La ausencia del “Cebolla” Rodríguez hará que se busque precisamente una batida similar por el otro costado, con la entrada de Varela pues a priori puede aportar más velocidad y regularidad que el colombiano James Rodríguez.

Dada la tendencia de Freddy Guarín, jugador clave en los planteamientos de Villas-Boas a caer a banda, y la de Hulk a adentrarse en posiciones de ataque, por momentos la 4-3-3 habitual se asemejará más a una 4-4-2 con dos puntas natos, donde Fernando será el jugador que se meta entre los centrales y dé salida hacia João Moutinho.

La presión en tres cuartos continuará, a imagen y semejanza de la que realiza el F.C.Barcelona. Hulk y Falcao entorpecerán la salida de los centrales y Guarín y el otro extremo a los laterales, mientras que la segunda línea de presión se hará cargo del centro del campo bracarense.

La defensa adelantada continuará exigiendo atención a los atacantes rivales, atención que los propios zagueros han de mantener para evitar que Helton, sin duda el punto más débil del equipo, reciba demasiadas ocasiones.

Después de golear al Villarreal en la ida de las semifinales, en la vuelta cosecharon su segunda derrota en todo el torneo (la primera fue frente al Sevilla). Los demás encuentros, salvo un empate frente al Besiktas, se saldaron con victorias, algunas de ellas contundentes ante rivales de cierta enjundia.

Por ello y más motivos, nadie duda del favoritismo del Porto frente al Braga, al que doblegó por 0-2 y 3-2 en competición local liguera. No obstante, por más que parezca una sorpresa, no se debe descartar al completo una victoria de Braga, pues mientras los flashes se ciernen sobre el Porto, los de Domingos Paciência no tienen presión alguna encima, y por tanto absolutamente nada que perder.

Villas-Boas no es Mourinho

Pocos equipos en el último lustro han provocado mayor ruido con su irrupción en el panorama internacional como el Borussia Dortmund de Jürgen Klopp y el Porto de André Villas-Boas en la temporada que está próxima a su fin.

Mientras los alemanes mostraron su solvencia sólo en la Bundesliga, los dragones lusos han hecho extensible su dominio a la Taça de Portugal y la Europa League, donde se encontrará con equipos aparentemente inferiores.

La facilidad con que los dragões se han ido deshaciendo de sus rivales dentro y fuera de la antigua Lusitania de la mano de un jovencísimo técnico ha llevado a muchos a comparar a André Villas-Boas con el mismísimo José Mourinho.

Uno de los motivos que llevan a establecer dicho paralelismo son los años que han trabajado juntos ambos técnicos, después de conocierse en aquellos tiempos en que José Mourinho se ganó el apodo de traductor.

Los dos fueron también precoces en salir de las faldas de su correspondiente coach. Mou lo hizo con 37 años, época en la que era ya segundo de Louis Van Gaal. André, quien con 21 años dirigió varios encuentros a la selección de las Islas Vírgenes Británicas, dejó con 31 al hoy entrenador del Real Madrid.

Después de ocho años siendo “sus ojos y sus oídos” en Porto, Londres y Milan, Villas-Boas cogió las riendas del Académica de Coimbra, desde donde luego voló a su ciudad natal para entrenar a su actual club.

Tras un efímero paso por el Benfica, Mourinho se hizo en su día cargo del modesto Uniao Leiría antes de iniciar su tiranía en los banquillos. En su primer año completo con el Porto arrebató el título liguero al Sporting, tal y como Villas-Boas acaba de hacer con el otro grande de Lisboa.

Precisamente con el técnico benfiquista, Jorge Jesus, es con quien más dimes y diretes ha tenido frente a los micrófonos, en un entorno mediático que José Mourinho maneja a la perfección.

Mantiene Villas-Boas que él tiene “más de Robson que de Mourinho”. Pese a la periodización táctica y las semejanzas que mantienen sus equipos en algunos aspectos del juego, es probable que así sea.

Si comparamos los dibujos con que uno y otro triunfan, vemos que el portuense jamás se aparta de una 4-3-3 que el setubalense ha utilizado nada más que en el carrusel de enfrentamientos contra el F.C.Barcelona.

Incluso en aquellos casos, la elección de Mourinho en el centro del campo pasaba por el uso de hombres de un perfil más rocoso que el que acostumbra utilizar de la partida con André Villas-Boas.

Mientras el técnico merengue apuesta en defensa por dos centrales fuertes y expeditivos, cuyos riesgos en la salida de balón son casi nulos; Porto utiliza más a la pareja interior para iniciar jugada en corto.

Si atendemos a la defensa con que Mou fue campeón en Portugal, vemos que ya entonces era importante para él la jerarquía de Ricardo Carvalho, entonces acompañado por Jorge Costa. El mayor parecido lo encontramos en los laterales, donde topamos con jugadores físicos y que se suman al ataque de forma asimétrica.

Volviendo a la zona ancha, vemos como en Porto Mourinho sí utilizaba tres jugadores. Pedro Mendes era el hombre más retrasado, Costinha el todoterreno y Maniche el llegador. Estos perfiles fueron cubiertos recientemente de forma similar por Xabi Alonso, Pepe/Lass y Khedira/Pepe.

Si bien aparecen definidos de la misma forma los perfiles de ‘4’, ‘6’ y ‘8’, la calidad técnica de Fernando, Moutinho y Guarín es mayor a la media de entonces. A su vez, el poderío físico de aquella era mucho mayor que el actual.

Mientras los tres viejos gladiadores ocupaban preferiblemente los pasillos interiores, Freddy Guarín aparece habitualmente junto a la línea de cal con la finalidad de hacer al equipo ancho y profundo.

Con ello colabora en el lado contrario del campo Cristian “Cebolla” Rodríguez, a imagen y semejanza de lo que ocurre en el Fútbol Club Barcelona con Iniesta en la media y Pedro en la línea de tres atacantes.

He aquí otra diferencia con la línea de tres mourinhista. Hace escasas fechas hemos podido ver a Mesut Özil haciendo las veces de enlace entre centro del campo y ataque, tal y como Deco hizo en el Oporto de Mou.

En el actual de Villas-Boas, el jugador con querencia a irse hacia adentro no busca una mayor implicación con la creación, sino posiciones de tiro con continuas diagonales. Esto es, no trata de llegar, sino que está.

Esta diferencia podría ser vista como similitud, de no ser porque frecuentemente Deco retrasaba su posición, por lo que el dibujo pasaba a ser una 4-4-2 con una superpoblación interior inexistente en los planteamientos de Villas-Boas.

Si por algo se ha caracterizado José Mourinho a lo largo de su carrera como entrenador ha sido por un pragmatismo feroz que no encuentra parangón en André, ni tampoco en una armonía entre las líneas que ha convertido a sus equipos casi inquebrantables defensivamente hablando.

En sus dos temporadas y media como entrenador del Porto, José Mourinho logró cinco títulos nacionales y dos internacionales gracias a la fortaleza física y mental de un equipo que tenía a Deco como jugador más fantasioso.

El juego directo e interior es algo que ha acompañado al de Setúbal durante todos estos años. Acompañado de unas líneas juntas y solidarias, sus equipos son máquinas que basan su fortaleza en la seguridad defensiva y una rápida transición que ha convertido al actual Real Madrid en el mejor equipo del mundo jugando a la contra.

En este sentido, André Villas-Boas ha demostrado haber aprendido mucho y bien de su primero compañero y luego jefe, pues su equipo ha demostrado en varias ocasiones a lo largo de la temporada que es capaz de aguantar y rematar, manteniendo siempre la amplitud de campo.

No obstante, no es este el plan predefinido. El actual Porto tiende a buscar al rival en su propio campo con una presión asfixiante que provoca muchas pérdidas de balón en la salida, también de forma similar a lo que realiza el Barça.

Parece, con todo, arriesgado hablar de André Villas-Boas como el nuevo José Mourinho. Ciertamente, existen similitudes entre uno y otro, especialmente en lo que a trayectoria se refiere; pero también son diversas las diferencias existentes, tanto en el Porto que cada cual convirtió en campeón como en el camino seguido para hacerlo.

El Milagro de Moyes

A falta de una jornada para la conclusión de la Premier League, el Everton de David Moyes se encuentra situado séptimo en la tabla clasificatoria. A falta de una jornada de la conclusión, el equipo de David Moyes vuelve a ser, un año más, el primero de los pobres.

Probablemente la segunda vuelta de los Toffees quede ensombrecida por un mejor hacer del otro equipo de la ciudad o por la clasificación europea del Stoke City (forjada en la derrota frente al Manchester City en la final de la FA Cup), pero no por ello ha de considerarse menos exitosa.

Ciertamente, la actual temporada dista bastante de la cuarta plaza y las dos quintas posiciones logradas en los últimos años. Fuera de los puestos europeos, quizá algún crítico exigente valore la temporada como mediocre.

El propio técnico escocés, exigente en su labor, se mostraba ambicioso a comienzos de campaña y decía no conformarse con entrar entre los ocho primeros. Su sueño pasaba por llevar al club a la consecución de un título dieciséis años después de lograr el último.

A ese sueño se sumaron los aficionados en febrero, tras la eliminación del Chelsea en la FA Cup, un mes de febrero en el que el Birmingham se hacía con la Curling cup después de vencer al Arsenal en la final.

El camino casi de rosas seguido por los de McLeish podía haber sido seguido precisamente por los de Moyes de no caer frente al modesto Brentford. El Reading sería verdugo en la FA Cup una eliminatoria después de echar de la competición al Chelsea.

Apeado de las competiciones coperas con premura, y por tanto olvidado el anhelo de lograr cualquier trofeo, el único objetivo restante era alejarse de los puestos de descenso en la Premier y salvar los muebles de una difícil temporada.

Echando la vista atrás, puede no tenerse en consideración esta dificultad, teniendo en cuenta que los equipos de Moyes acostumbran a ir de menos a más todos los años y que a falta de un encuentro todo apunta a que se mejorará la clasificación de la anterior temporada.

Sin embargo, aquellos que hayan seguido mínimamente el camino blue, darán buena cuenta del mérito que ha de otorgarse por enésima ocasión a un David Moyes que ha vuelto a obrar un milagro en Mersey.

A la anterior salida de Joleon Lescott a cambio de petrodólares citizens se le sumaba en el mercado estival la del nigeriano Joseph Yobo con dirección a Turquía, baja no cubierta con llegada alguna.

Jan Mucha, suplentes de Tim Howard; un desconocido Magaye Gueye y Jermaine Beckford, goleador del Leeds, eran los únicos refuerzos de una plantilla que debía batirse el cobre con grandes y ricos de Inglaterra.

El apenas millón y medio de libras gastado difícilmente podía dar el salto de calidad que Moyes pretendía. De perfil medio-bajo, ninguno de los recién llegados parecía capaz de subsanar los problemas en la zaga y de cara al gol, estos últimos heredados ya de años anteriores.

Los problemas físicos de Fellaini, Arteta o Cahill, unidos a la salida de Steven Pienaar, hacían presagiar que los tres puntos de distancia con respecto al descenso no serían muchos más a final de temporada. Y sin embargo sí lo son.

Tim Howard, Leigthon Baines, Johnny Heitinga, el sempiterno Phil Neville o incluso el frío Diniyar Bilyaletdinov se erigieron protagonistas inesperados de un resurgir que contó con la intermitente colaboración de jugadores como Arteta, Saha o Cahill en las últimas jornadas.

Goodison Park, territorio inexpugnable desde mediados de noviembre, fue clave de una segunda mitad de temporada muy del estilo de David Moyes. Maestro en periodización táctica y conocedor de las limitaciones de su plantilla, ha sabido exprimirla al máximo una vez más en el momento adecuado.

Allí donde dio la sensación que no llegarían los Distin, Coleman, Osman, Beckford o Anichebe, lo hicieron. Allí donde reinaba el pesimismo, dio una nueva dosis de realidad a un equipo al que faltan libras, pero al que sobran cantera y entrenador.

Virtualmente terminada la temporada 2010/11, toca ya pensar en la próxima campaña. Sobre ella se cierne la duda de si será la última de Moyes en Mersey. Lo sea o no, con sus escasos mimbres buscará dar forma al nuevo Rooney o al nuevo Arteta.

El renglón a seguir será el ya habitual. Aprovechar los éxitos de una de las mejores canteras de la isla y de buen hacer de los ojeadores para seguir luchando de tú a tú con los grandes. ¿Milagro? No, milagro no: Moyes.