La exigencia de la competencia
21/06/2011 Deja un comentario
Después de reeditar su victoria en la Liga BBVA y de lograr un nuevo título europeo, el año próximo el F.C. Barcelona se encontrará ante la temporada más exigente desde la llegada de Pep Guardiola al banquillo.
La campaña recién terminada ha sido, en lo anímico y lo futbolístico, la más difícil de las que el de Santpedor ha tenido que afrontar hasta la fecha. A pesar de resultar victorioso, la lógica alegría ha dejado pronto paso a la obligación.
Tan pronto como terminó el pasacalles en honor al triunfo en la Champions League, Pep volvió a destacar como clave del éxito la sed de victoria de un conjunto insaciable y lanzó un mensaje de necesidad a su directiva: Ha de darse a corto plazo un salto de calidad.
La competencia, personificada en el Real Madrid, apremia. La bicefalia se ha impuesto en el campeonato regular con suma facilidad, pero la batalla entre merengues y culés ha dejado exhausto al núcleo barcelonista.
A pesar de ser poco amigo de las rotaciones, José Mourinho ha manejado a lo largo de la temporada un mayor número de piezas hechas al nivel de competición requerido que su rival en Can Barça.
Álvaro Arbeloa, Raúl Albiol, Lass Diarrà, ‘El Pirata’ Granero, Kaká, Higuaín y Adebayor ofrecían, en su suplencia, un plus de competencia que encontraba parangón en el bando enemigo únicamente en Adriano, Mascherano, Keita y Afellay.
En el tercer escalón de competitividad, el Real Madrid ha tenido a Garay, Pedro León, Gago y Canales. El F.C. Barcelona, a Maxwell, Milito, Jeffren, Bojan y varios canteranos que no por tener un enorme potencial han de ser ya exprimidos.
Que la clase media madridista es superior a la azulgrana es un hecho conocido y reconocido. Que Pep Guardiola reclamaba aumentar el nivel competitivo de la suya cuando hablaba de “rodear a Messi”, también.
Comenzó la temporada con apenas diecinueve jugadores, que se convirtieron en veinte con la llegada de Ibrahim Afellay en el mercado invernal; frente a los veinticuatro de inicio y veinticinco postreros madridistas.
Andreu Fontàs y Thiago Alcántara fueron los favoritos a la hora de completar el equipo en los microciclos de menor intensidad y en los intantes en que las lesiones obligaban a tirar también de los Bartra, Jonathan Dos Santos o Nolito.
Todos ellos y alguno más como Martín Montoya, Sergi Roberto o Gerard Deulofeu tienen potencial suficiente como para pensar en ellos como jugador del primer equipo una vez completen un periodo de formación aún no concluso.
A la diferencia ya citada ha de sumarse el hecho de que Florentino Pérez ha acabado con la lucha interna entre Mourinho y Valdano y dado plenos poderes a un entrenador que ha logrado ya hacerse con Hamit Altintop, Nuri Sahin y José Callejón.
Los dos primeros, por encima del tercero, conocen el nivel de exigencia máxima que supone competir por títulos y a nivel internacional, además de ser valores seguros en el modelo de juego de Mourinho, dadas sus características.
A falta de saberse quién será el fichaje de campanillas de esta temporada, Fábio Coentrão convertirá a Arbeloa definitivamente en lateral derecho y doblará el costado izquierdo, donde probablemente se imponga a Marcelo en la pugna por la titularidad.
Lassana Diarrà y Kaká pueden abandonar, como Enmanuel Adebayor, el segundo escalón de competición. Con la duda de si José Callejón será capaz de formar parte de él, frente a las tres salidas, habrá al menos cuatro entradas.
De ser así, el técnico portugués manejará cerca de veinte piezas de primer nivel, frente a las quince – una de ellas, Adriano, forzada – de Guardiola esta temporada. De esta diferencia nace el ansia culé de reforzarse.
No se esperan refuerzos para ser titulares, pero sí con capacidad de serlo. El once tipo actual es el bloque sobre el que se cimientan las victorias, pero necesita de más hombres como Mascherano para seguir edificando gloria.
Mientras el Real Madrid ha decidido no renovar a Jerzy Dudek y permitir de forma definitiva el cambio de jerarquía de Adán, en la Ciudad Condal apuestan todavía por José Manuel Pinto, a la espera de la confirmación del potencial de alguno de sus metas canteranos.
Masip, Oier y Miño han alternado titularidad y entrenamientos con el primer equipo, si bien parece este último, internacional sub-21, el más preparado para competir en la élite a medio plazo.
Esteban Andrada, portero argentino de Lanús, suena para competir a las órdenes de Eusebio Sacristán, sustituto de Luis Enrique, y dejar sin sitio a Masip o un Oier que llegó a debutar de la mano de Frank Rijkaard.
Otro nombre relacionado con el filial y que podría estar a caballo con el primer equipo es José Ángel, lateral izquierdo del Sporting de Gijón. A pesar de partir con ficha de canterano, su firma podría suponer la salida de Maxwell.
En contra del brasileño juegan su escaso rendimiento y la continua controversia creada por su representante Mino Raiola, empresario contrario a Guardiola que maneja también los intereses de Zlatan Ibrahimovic.
Gaby Milito puede encontrarse también la puerta abierta con la ascensión definitiva a la primera plantilla de Andreu Fontàs y el reciclaje en esa posición de Mascherano. La salida será un hecho si, como se rumorea, llega Thiago Silva.
Por las restricciones impuestas por Sandro Rosell, parece poco probable que se pueda acometer este refuerzo o el de José Enrique, lateral izquierdo del Newcastle, si bien hay que contar con la deuda que mantiene el AC Milan con los azulgranas.
En caso de no disponer de líquido, el buen central brasileño podría llegar a la Ciudad Condal. De llegar dinero rossonero, en función de los demás refuerzos, podría hacerlo el ex de Celta y Villarreal.
En la temporada que viene de finalizar las luces de alarma se han encendido por los continuos problemas físicos de Xavi Hernández, faro del equipo. La inexistencia de un jugador de sus mismas características en toda la estructura provoca la insistencia en firmar a Fàbregas.
Se habla mucho de Thiago, pero éste ha de asumir todavía determinados conceptos para actuar como ‘6’ con continuidad en un equipo de la exigencia del catalán. Es un gran jugador, pero hoy día se ajusta más al perfil de ‘8’.
Más cerca del área, como volante llegador, es donde mejor se exprime hoy día al hijo de Mazinho. Lo mismo ocurre con Andrés Iniesta, si bien en un once en el que ambos formen en los interiores, sería él el organizador.
Así será si no queda más remedio y Arsene Wenger vuelve a enrocarse en no traspasar a su capitán, por más que los deseos de Cesc parezcan ir orientados a volver a hablar pronto aquello a lo que el periodista Martí Perarnau se refiere como “idioma Barça”.
He ahí la baza a jugar por los culés, junto a un supuesto pacto alcanzado entre el alsaciano y su jugador franquicia. La diferencia se encuentra en que, por haber disfrutado un año más del jugador y tener éste un año menos de contrato, la oferta se reduce en diez millones.
De no lograrse un acuerdo, no llegaría ningún hombre para uno de los mejores centros del campo del mundo. Keita continúa estando bien valorado, hay cantera y Thiago debería ir más rápido de lo esperado.
En contra de lo que los rumores pueden hacer pensar, la confianza que en él se tiene es enorme, como en Sergi Roberto. No obstante, a éste le falta aún una última etapa en el proceso formativo y con el primero se debe ir con tiento.
A sus veinte años Leo Messi era asiduo titular, pero no ha de ocultarse el hecho de que Leo Messi sólo hay uno. Andrés Iniesta, jugador al que Thiago se asemeja más, no lo fue hasta los veintitrés y Xavi Hernández pudo incluso salir del club en varias ocasiones.
Ha de tenerse también en cuenta el hecho de que Cesc puede actuar en diferentes frentes. Además de para descargar de minutos a Xavi e Iniesta, el fichaje de Fàbregas favorecería la eventual aparición de una 4-4-2 en rombo.
Aparecerían en este dibujo dos referencias centradas y con capacidad de ruptura, con él llegando desde unos metros por detrás de donde suele hacerlo habitualmente un Messi que estaría más descargado en el posible nuevo planteamiento.
Mientras se espera a Oriol Romeu, por su capacidad táctica y de llegador podría convertirse en tercera opción en la posición de Busquets y Mascherano, dando salida allí donde Keita y Jonathan Dos Santos fueron probados sin éxito esta temporada.
En instantes en que la obligación de obtener un buen resultado apremie, Cesc puede aparecer como vértice del centro del campo acompañado de Xavi e Iniesta en la posición de ‘4’, pero no como un ‘4’ puro al estilo Busquets o Xabi Alonso.
Conocido como ‘box to box’ de contrastado nivel, recorrería más metros que ambos en sus respectivos equipos y en la selección para aprovecharse de sus buenas llegadas desde segunda línea.
Sin él, con Iniesta o Thiago, Guardiola puede experimentar con un rombo en mediocampo, pero difícilmente pueda abrir una nueva vía, más vertical y alternativa al modelo de juego actual.
Lo intentó en el pasado con la adquisición de una referencia en su equipo atípica, pero terminó descubriendo que el daño infringido al rival era mayor utilizando un hombre que huya de la posición de nueve que con un hombre de la envergadura de Ibrahimovic.
Tuvo un delantero que aparecía, como era Samuel Eto’o. Por falta de feeling con el camerunés decidió probar con uno que estaba, como el sueco. Finalmente, se ha decidido por Messi, que no está ni aparece (a la espalda del central), pero sí llega. Y cómo llega.
A David Villa lo prefiere en el pasillo interior, próximo a la banda. Creando el desconcierto entre el lateral y el central de afuera hacia adentro. No porque se aleje, como otras puntas hacen; sino porque él sí aparece.
Caso similar es el del invisible Pedro, si bien él ha llegado al primer equipo culé con una diferencia interiorizada, y es que la banda es el lugar en que habitan los apoyos a una referencia que hasta este año Villa estaba acostumbrado a ser.
Batiendo desde el pasillo del ‘8’ o en ruptura desde posiciones avanzadas, Ibrahim Afellay puede convertirse en una alternativa cada vez más valorada por velocidad y diferentes conceptos de base.
Anárquico, y por tanto rara avis en el planteamiento inicial barcelonista, un ‘Plan B’ como el citado podría convertirle en el socio ideal de Fàbregas o Alexis Sánchez, otro de los favoritos para ser llamados a filas del cuatro veces campeón de Europa.
Tampoco será fácil hacerse con el apodado ‘Niño Maravilla’, dado su potencial y que el Udinese de por sí trata siempre de rentabilizar al máximo sus transferencias, algo que en mayor medida buscarán con su jugador franquicia.
Como en el caso de Cesc, Rosell tiene el beneplácito del jugador para cerrar la operación, pero por más que se diga que el futbolista actúa siempre donde quiere puede no ser así si las exigencias de Giampaolo Pozzo no diminuyen de su precio de salida.
De menor estatura incluso que Leo Messi y Pedro Rodríguez, es un jugador con un extraordinario quiebro que vendría a completar la capacidad de desequilibrio del propio Messi e Iniesta en el uno contra uno.
Colabora en labores de defensivas y de creación, tiene un gran cambio de ritmo y facilidad para romper por dentro y por fuera. Acostumbrado a tener junto a él la referencia de Di Natale, la única duda que puede caber es cómo reaccionaría como falso nueve.
Llegaría a Barcelona con el aval de Marcelo Bielsa, maestro y amigo de Guardiola, y de la gran temporada realizada en Udine. Con la vitola de crack en su club de procedencia, completamente adaptado al fútbol europeo y aceptando su rol de secundario.
Quizá más goleador pero menos sacrificado es el brasileño Neymar. Chelsea, Real Madrid y Barcelona siguen al que probablemente sea el mejor jugador del mundo sub-21, cuyas características recuerdan a otros brasileños como Robinho.
Se espera más de él que del actual milanista. ¿Lo dará? Es una incógnita. A priori parece que así será, pero habrá que esperar a que dé el salto al continente europeo para valorar con mayor exactitud su posible repercusión.
La falta de experiencia es uno de los factores que le hacen ir a la zaga del chileno en las quinielas de refuerzos azulgrana, junto a su carácter controvertido y un individualismo excesivo.
Como Alexis Sánchez, puede actuar en el centro o en un costado. Caso distinto es el de Kiko Femenía, extremo del Hércules que parece será firmado para entrar en la tercera fase del desarrollo blaugrana.
Definido por su ex entrenador Esteban Vigo como un Pedro en potencia, puede convertirse en otra de las joyas de gran futuro que eleven el nivel del Barça B, a pesar de su reciente experiencia en primera división.
Con querencia a irse al interior en la izquierda, pegado a la línea de cal en la derecha o incluso actuando como lateral, es hábil y veloz. Su refuerzo hoy por una mínima cantidad de dinero puede evitar un gran desembolso en el futuro.
Caso similar es el de Sergio Araujo, argentino perteneciente a Boca Juniors y cuyas características recuerdan a la del Kun Agüero. Ratonil, resistente, gambeteador y col gol, su llegada podría depender del derecho preferencial que el Real Madrid guarda sobre él.
Tercera en la escala de prioridades, sólo por encima de la opción de firmar un zaguero, está la de hacerse con un delantero de área cuyas prestaciones resten responsabilidad al tridente ofensivo titular.
El citado Agüero sería quizá sea a ojos del aficionado el hombre ideal, pero no tanto a los de una dirección deportiva que debe mirar por mantener un equilibrio que podría verse roto por el perfil ‘top’ del colchonero y especialmente de su entorno.
El hecho de que hacerse con sus servicios implique un dispendio mayor que el que actualmente pueden permitirse las poco boyantes arcas barcelonistas vira las miras hacia el italo-americano Giuseppe Rossi.
De un perfil similar al de David Villa, habla en el Villarreal un idioma similar al del Barça, algo que jugaría a favor de una pronta adaptación a Can Barça. Su desborde y velocidad son menores que el de Alexis Sánchez y Neymar, pero tiene mayor facilidad para ver puerta.
En caso de que quede un puñado de euros después de acometer los fichajes prioritarios de Alexis y Cesc, insuficientes para hacerse con el amarillo, otra opción de la que se habla es el desconocido Leandro Damião, punta brasileño de Internacional, de perfil más rematador y que como Rossi sería una de la dos referencias en una hipotética 4-4-2.
A pesar de que el ‘experimento Keirrison’ desaconseja repetir experiencia, esta opción se valora con el fin de dotar a la plantilla, como en los casos antes referidos, de un perfil carente o insuficiente.
Con todo, habrá quien de forma errónea piense que el F.C. Barcelona traicionará sus principios optando por cubrir sus carencias con hombres de fuera y no de cantera, obviando o ignorando el hecho de que más allá de Thiago y Fontàs no hay jugadores preparados para el salto.
Lo habrá, qué duda cabe, pero no a un plazo tan corto como el que exige la obligación de seguir siendo competitivos y dentro y fuera, de competir con uno mismo y tener hambre y ser capaz de doblegar a un rival del calibre del Real Madrid.
El escaso rendimiento ofrecido por Milito, Maxwell, Jeffren y Bojan, relegados al forzosamente tercer escalón de la rotación puede provocar su salida con el fin de conseguir líquido para ofrecer ese plus requerido.
El extremo de origen venezolano y el ‘Noi de Linyola’ podrían ser traspasados por una cantidad dependiente de una más que probable opción de recompra, como Martín Montoya, Martí Riverola, Jonathan Dos Santos, Jonathan Soriano o el mismísimo Thiago.
Aunque pueda parecerlo, no existe incompatibilidad entre el modelo de cantera con el de cartera. De los citados, los que se queden seguirán quemando etapas formativas progresivamente, junto a Bartra, Rafinha, Sergi Roberto, Espinosa o Deulofeu.
En un plazo de tres años varios de ellos serán parte activa del primer equipo. Antes, máxime cuando el enemigo apremia, parece difícil, pues han de aprender a competir al máximo nivel, el que su club requiere.
Qué duda cabe que si la progresión de un jugador invita a saltarse alguna de las tres etapas establecidas para los canteranos culés, entrará en ese preciso instante. Mientras algo así no ocurra, su camino seguirá las líneas marcadas.
Una cesión o un traspaso con opción de recompra no son una muestra de ignorancia, sino una oportunidad de competir a un nivel de exigencia que en el día a día establece por encima de sus actuales posibles prestaciones.
Los veinte de Mou, Inter, ManU, Chelsea, Porto y las propias carencias obligan a un continuo reciclaje del tablero y sus piezas. Cuando se pueda, con cantera. Cuando no, con cartera. Hasta donde ésta llegue.